Desde este puntito del universo, quiero coincidir contigo...

Somos un "casi nada" en la inmensidad del universo y "un poquito mas que nada" en el ciber-espacio. Y si pese a eso, coincidimos... Que maravilla!!!

lunes, agosto 22, 2005

EL MILAGRO HECHO VIDA.


Los médicos decían que si superaba cuando menos un mes, tendría la bebe alguna posibilidad de vivir, pues con cinco meses de gestación a juzgar por ellos, en nuestra bebé su sistema corporal, sus características físicas y su sistema respiratorio no estaban completamente desarrollados, el cerebro no estaba listo para controlar la respiración y el sistema nervioso inmaduro inhibía su alimentación al no poder chupar, también dijeron que podría presentar ictericia e incapacidad de mantener su temperatura corporal, además de no se que muchos problemas más... No sé nada de términos médicos
y ante tales circunstancias sería casi imposible que lograra sobrevivir.

Los médicos intentaron retrasar el nacimiento para que el entonces feto presentara un mayor desarrollo, sin embargo, el parto se produjo tan sólo 15 días después del accidente y mi chaparrita con cinco meses y medio de gestación dio a luz.

La bebé nació pesando tan sólo un kilogramo y además de padecer todo lo que los médicos habían pronosticado, enfermó de peritonitis, esto debido a que el día del accidente la placenta se había rasgado entrándole sangre, que a los quince días que habían transcurrido, se encontraba en estado de putrefacción y la bebé por supuesto, en contacto con ella. Esta infección provocó que disminuyera su peso a 800 gramos.



Aqui tiene ya dos meses de edad.

Estuvo en el Centro Médico en cuidados intensivos neonatales, vivimos días tan tristes en los que los médicos llamaban a mi chaparrita para que estuviera con ella, pues no podían asegurar su vida por más horas, pero ella salía una, y otra y otra y otra vez adelante, estoy segura que el Señor tiene un propósito para ella y el más importante:
SER CONSUELO PARA LULÚ.


Pasamos momentos cruciales, días enteros en terapia intensiva y en oración en la capilla del hospital, la bebe así de pequeñita tenía una sonda para su alimentación, yo debía llevarle la leche de mamita cada tres horas, para esto iba preparada con sumo cuidado y en hielo, pues decía la doctora que cualquier otra infección que la bebé adquiriera, sería fatal, entonces la llevaba como mi más grande tesoro. Como todo el personal me veían siempre allí, me permitían entrar a terapia, estar a un lado de su incubadora, la veía tan hermosa, tan pequeña, aparentemente tan indefensa, pero muy resistente y tenaz, aferrada a la vida con tanta fuerza... Cuando hubo oportunidad, me dijeron que la tocara, metí mi mano a su incubadora, nos miramos, le hablé de tantas cosas, la felicitaba por continuar con nosotros ante tanta adversidad y le pedía que continuara siendo fuerte, que no podría abandonarse, que la necesitábamos y que la queríamos tanto. Mi chiquita tomó mi dedo índice con toda su manita, que sólo alcanzaba a cubrir mi uña, podrán imaginarse el tamaño de mi bebe, pero lo tomó con tal fuerza que me unió a ella por siempre!!!

Cuando entraba a terapia la Dra. Victoria Lima, su pediatra, yo siempre estaba atenta a su rostro, quería adivinar algo, pues sus ojos siempre la delataron, llegó a querer tanto a la bebe, se sentaba junto a nosotros, apretábamos nuestras manos, hubo abrazos, llanto, angustia, desesperación y después de tres meses, muchos altibajos y dolorcitos de corazón, llegó el júbilo, Karlita había alcanzado los dos kilos de peso y nos la entregarían!!!



Aqui tiene tres meses de edad y dos kilos de peso.

La vida es un milagro, pero continuar en ella después de todo lo que pasó KARLITA... ¡ES UN REGALO DIVINO!




Dios nos demostró su poder y voluntad, fue una buena ocasión para darle gracias y renovar nuestra fe.

¡NUNCA ACABARE DE AGRADECER TAN MARAVILLOSO REGALO!


Esta es nuestra Karlita, aquí asistía a ballet... ¿No es una belleza ?
¡¡¡Yo la veo divina, hermosa, preciosa!!!

Recuerden que soy su tía, su madrina y cuando estuvo en el hospital ...
“su lechera” .