Desde este puntito del universo, quiero coincidir contigo...

Somos un "casi nada" en la inmensidad del universo y "un poquito mas que nada" en el ciber-espacio. Y si pese a eso, coincidimos... Que maravilla!!!

jueves, agosto 18, 2005

Mi querida Lulú.

Lulú es mi hermanita que aunque menor, siempre ha sido mi apoyo, estímulo, fortaleza, siempre fue mi “abogada defensora” cuando tenía problemas con alguna niña de la escuela, me defendía y cuidaba todo momento y a toda costa, recuerdo que desgraciadamente sufrimos persecuciones por dos épocas de nuestras vidas, en las que siempre ella me decía que hacer, hacia dónde correr y como protegernos, me sentía tan segura con mi pequeña hermanita de 7 años, llegó a romper el parabrisas del vehículo que nos perseguía, nos escondíamos en alguna casa y abrazábamos a algún adulto diciéndole: “Tía” y posterior explicándoles que pasaba... Bueno, ella sabía siempre que decisión tomar y yo, su hermana “mayor”, la seguía.

Gracias a ello es que ahora estoy sentada frente a este artefacto escribiendo estas memorias que me hacen quererla tanto, me horroriza pensar cuál hubiera sido nuestro futuro, si es que había alguno..

Varias veces tuvo que pelear a golpes por protegerme, en la hora de recreo, si no había nadie conmigo, compartía su receso y sus frituras con mucha salsa, eso si no estaba en su “negocio” que consistía en cortar las hojas de su libreta, hacerles cortes con tijeras y formaba, según ella nombraba: “carpetitas”, que por supuesto se le vendían muy bien, tenía fila para venderlas y a cambio de mi silencio ante mamá, me daba como una décima parte del costo...

Mi Lulú, siempre fue así, es ella quien por su carácter jovial es la organizadora de cualquier evento en casa, es la madrina de todos los niños de la familia, todos la queremos tanto, es la mami de mis hijos, son de ella y los de ella míos, deja tanto ver su amor.

Recuerdo aquella navidad en que no vendría a pasarla con nosotros por su trabajo en otra cuidad, estaba triste y faltando 5 minutos para las 12 se abre la puerta y era ella!!! Nos abrazamos y lloramos con tanta emoción que pienso desde entonces, creen somos unas exageradas, pero el corazón no entiende de esas cosas y sólo lo disfrutamos, era una emoción tan grandiosa.

Podría escribir mil anécdotas, pero como no terminaría y la emoción me gana, se las debo.



Pensaba como pueden cambiar las visión de las cosas...

Una tarde recibo una llamada, era ella diciendo que había caído de la escalera en su casa, tenía cuatro meses y medio de embarazo. Fui a verla, necesitaba cerciorarme que estaba cuando menos no tan mal.

Ella lloraba y aunque se hallaba golpeada, su bebe estaba bien, tenía una herida en la ceja, como es enfermera, se puso unas vendoletas para cerrar la herida, le preocupaba tanto la cicatriz que quedaría.

Quince días después, venían ella, su esposo y su hijito de visita a esta ciudad y tuvieron un accidente, en él murió su pequeño, su esposo y ella padecieron múltiples golpes y fracturas, pero la más grave para ella por su embarazo, fue la de pelvis.

Les decía que como cambia la visión de las cosas...

Entré a su habitación en el hospital e inmediatamente preguntó por su Hijito, era insoportable tener que mentir diciéndole que estaba en el Centro Médico, esto para evitar que su llanto y dolor provocaran el nacimiento prematuro del bebe que esperaba.

Tenía vendada la cabeza, lentamente quito la venda y me dijo:
- Préstame tu espejo...
- ¡No Lulú! ...
- Le respondí.
- Préstame tu espejo...
-¡No Lulú! ...

Tenía miedo de su reacción, su rostro tenía tantas heridas que esa otra pequeña cicatriz que tanto le había preocupado era imperceptible.

- Préstamelo

Se lo di.

Lo tomó, se acomodó la piel que podría, suspiró tan profundo y con toda tranquilidad y aceptación me dijo:

- Me quedarán tantas cicatrices, me duelen mucho las piernas, fíjate que tengo.

Levanté la sábana y después de lo que vi, mi corazón latía tan fuerte que sentí miedo de que se paralizara, salí corriendo de la habitación para no volver a entrar por varios días.

A todas las personas que la visitaban les preguntaba por su Bebé y por mi y todas le decían:

- Tu bebé está en el Centro Médico y Patty está con él.

Eso la tranquilizaba y decía:

- Ella sabrá que hacer, preguntará, reclamará atención, no se quedará cruzada de brazos.

Sentía que su hijito estaba en buenas manos.

Se le tuvo que decir la verdad, no podíamos continuar así.
Los médicos estuvieron preparados para la crisis nerviosa que tendría y para cuidarla, debido lo grave de su estado.

Estábamos fuera de la habitación cuando le dieron la noticia.

Después de gritar hasta desfallecer pidió que me llamaran.

Entré ...

- Todos me decían que mi hijito estaba contigo y yo sabía que tú verías por él, que tu lo cuidarías, que tú me lo entregarías vivo, que me lo entregarías vivo, tenía confianza en ti!!!

Yo sólo la abracé fuerte, muy, muy fuerte, lloramos abrazadas no se cuánto tiempo y le contesté:

- Lulú, estuve con él como si fueras tú misma, sabes cuando lo quiero y también me estoy muriendo, comparto tu dolor. Estuve con nuestro bebe todo el tiempo, en su funeral y sepelio, hasta que tuve que entregarlo, tomé el lugar que siempre me diste: El tuyo.

Como le decías a nuestro pequeño:
- Ve con tu mamá
Me dabas la hermosa tarea de cuidarlo, soy su madrina... Mi Lulú... Cuanto Dolor!!!!

SI estuve con él, aunque no de la forma en que todos hubiéramos querido.


Pasaron quince días en los que tenía que soportar los dolores de sus fracturas, pues no podían intervenirla quirúrgicamente para no interrumpir su embarazo y cuando se movían lo huesos de la pelvis, casi desmayaba de dolor.

Los médicos decían que si superaba cuando menos un mes, tendría su bebe alguna posibilidad de vivir...