Busquemos con el corazón
Continué caminando y al rayar el alba descubrí el pozo.
-¿Oyes? -dijo el principito-.
- Hemos despertado al pozo y canta.
- Tengo sed de esta agua -dijo el principito
- Dame de beber...
Comprendí entonces lo que él había buscado.
Levanté el balde hasta sus labios y el principito bebió con los ojos cerrados. Todo era bello como una fiesta.
Aquella agua era algo más que un alimento...
Había nacido del caminar bajo las estrellas, del canto de la roldana, del esfuerzo de mis brazos. Era como un regalo para el corazón.
-Los hombres de tu tierra -dijo el principito
- cultivan cinco mil rosas en un jardín y no encuentran lo que buscan.
-No lo encuentran nunca -le respondí.
-Y sin embargo, lo que buscan podrían encontrarlo en una sola
ROSA y en un poco de agua...
-Sin duda, respondí.
Y el principito añadió:
-Pero los ojos son ciegos.
Hay que buscar con el corazón
.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home