Desde este puntito del universo, quiero coincidir contigo...

Somos un "casi nada" en la inmensidad del universo y "un poquito mas que nada" en el ciber-espacio. Y si pese a eso, coincidimos... Que maravilla!!!

lunes, diciembre 20, 2004

Retirarse a tiempo...

Tuve una de las experiencias más dolorosas que se puedan imaginar:
La personita que más amo en el mundo ha llorado conmigo...
Y en esta ocasión no sé como consolarlo, ya no es porque perdió un juguete o porque peleó con algún chico del colegio, en esta ocasión se trata de un dolor en su corazón, se siente triste, decepcionado y humillado por una mujer...
Cada una de sus lágrimas y sus pucheros me laceraban el alma y no pude hacer nada, excepto acompañarlo, brindarte mi amor y contarle este cuento:

UNA BELLA PRINCESA ESTABA BUSCANDO CONSORTE...

Entre los candidatos se encontraba un joven plebeyo, que no tenía más riquezas que amor y perseverancia.
Cuando le llegó el momento de hablar, dijo: “Princesa, te he amado toda mi vida.
Como soy un hombre pobre y no tengo tesoros para darte, te ofrezco mi sacrificio como prueba de amor.
Estaré cien días sentado bajo tu ventana, sin más alimentos que la lluvia y sin más ropas que las que llevo puestas. Ésa es mi dote-.
La princesa, conmovida por semejante gesto de amor, decidió aceptar -Tendrás tu oportunidad, si pasas la prueba, me desposarás-.
Así pasaron las horas y los días.
El pretendiente estuvo sentado, soportando los vientos, la nieve y las noches heladas. Sin pestañear, con la vista fija en el balcón de su amada, el valiente vasallo siguió firme en su empeño, sin desfallecer un momento.
De vez en cuando la cortina de la ventana real dejaba traslucir la esbelta figura de la princesa, la cual, con un noble gesto y una sonrisa, aprobaba la faena.
Todo iba a las mil maravillas. Incluso algunos optimistas habían comenzado a planear los festejos.
Al llegar el día noventa y nueve, los pobladores de la zona habían salido a animar al próximo monarca.
Todo era alegría y jolgorio, hasta que de pronto, cuando faltaba una hora para cumplirse el plazo, ante la mirada atónita de los asistentes y la perplejidad de la infanta, el joven se levantó y sin dar explicación alguna,se alejó lentamente del lugar.
Unas semanas después, mientras deambulaba por un solitario camino, un niño de la comarca lo alcanzó y le preguntó a quemarropa -¿Qué fue lo que te ocurrió?, estabas a un paso de lograr la meta,¿porqué perdiste esa oportunidad? ¿porqué te retiraste?-.

Con profunda consternación y algunas lágrimas mal disimuladas,
contestó en voz baja:
-Ella NO me ahorró ni un día de sufrimiento,
ni siquiera una hora, No merecía mi amor...
Autor: Walter Riso

HIJO...
El merecimiento no siempre es egolatría, sino dignidad.
Cuando das lo mejor de Ti mismo a otra persona, cuando decides compartir la vida, cuando abres tu corazón de par en par y desnudas el alma hasta el último rincón, cuando los secretos dejan de serlo, al menos mereces comprensión. Quien menosprecie, ignore o desconozca el amor que regalas a manos llenas es desconsiderada. Cuando amas a alguien que además de no corresponderte desprecia tu amor y te hiere, estas en el lugar equivocado!!!
Esa persona no se hace merecedora del amor que le prodigas
.
La cosa es clara: Si no te sientes bien recibido en algún lugar, empaca y vete.
A ESTO LE LLAMO DIGNIDAD.

No te quedes tratando de agradar y disculpándote por no ser como le gustaría que fueras.
Sé tú mismo, eres encantador, lindo, todo un hombre, responsable, jovial y te auguro un futuro rico en todo lo que te propongas, eres valiente, eres fuerte... MUY FUERTE!!!
Así que ánimo... estoy siempre contigo.

No hay vuelta de hoja. En cualquier relación de pareja que tengas, no te merece quien no te ame y menos aún, quien no te acepte como eres.
Lo mejor es retirarse a tiempo con la satisfacción de haber dado lo mejor de ti mismo.

Nadie merece tus lágrimas... Y quien las merece...
NO TE HARA LLORAR!!!!