Son un eclipse en mi vida. ¡Los Amo!

El leer el post de Miguel: “Nueve Meses” me hizo transportarme a esos maravillosos meses de espera, lo mejor que he experimentado.

Dios me ha bendecido con dos personitas:

Jorge Arturo (Mi Sol) y Georgina (Mi luna).

Siempre he estado en primera fila en sus vidas, aplaudiendo o llorando con ellos, les he brindado tiempo no de cantidad tal vez, pero sí de calidad, que es mejor !

Fueron lo único y grandioso que me motivo a continuar en este tren cuando en

mi mente lo único que deseaba era bajar.

Desde entonces, cuando pienso que la vida es aburrida y todo alrededor

me parece triste, pienso en ellos, en su sonrisa y entonces...

El sol vuelve a salir !!!



Desde que llegó el Sol a mi vida la transformó, fue y sigue siendo mi impulso, mi fuerza, mi apoyo.

Mi bebé... Cuando lo conocí, cuando se materializaba mi sueño, simplemente no podía creerlo, era el ángel más tierno, delicado y precioso que hubiera visto jamás... Sus ojos, sus manos, sus piel, su boquita, todo él era un regalo divino. Gracias Dios, que perfección!!! Y saben? Sigue siendo... Se ha convertido en un joven gallardo, varonil, apuesto, tierno, jovial (“Soy su mamá”) Pensaba como la vida te va dando experiencias que duelen, antes me preocupaba si le hacían algún gesto en la escuela, que si tenía gripe o una mala nota, pero como curarlo de una decepción? Como secar sus lágrimas cuando las tuyas parecen ríos porque lo que más quieres en el mundo sufre?

Mi Luna... Si cuando mi Sol nació casi me volvía loca de contento, cuando llegó mi Luna, estuve a punto de lograrlo. Es increíble como Dios nos obsequia estas maravillas, son el milagro más grande de la naturaleza. Mi muñequita, es mi amiga, mi cómplice, con quien no mides palabras y siempre te escucha y con quien formo complot contra los hombres de la casa... En ocasiones nos peleamos y es que... nos queremos tanto!!! A nuestras edades es difícil concordar, pero el lograrlo es bueno y cuando no lo logramos, la reconciliación es mejor :-). Cuando aún era una niñita, le decía que era mi “manojito de enojo, carita sucia” Siempre está rezongando, pero tiene un corazón tan grande. Es mi orgullo, su carácter fuerte me encanta. Sé que logrará grandes cosas. Sabe defender sus opiniones, sus sentimientos y sus amistades con ímpetu. Sabe querer y se entrega, es un líder que te gustaría seguir.

Hija, Te Amo.

Comparto con ustedes este pensamiento que siendo pequeños les entregue, no es de "mi cosecha", pero es algo que los padres quisieramos decirles a nuestros tesoros.

Carta a mis hijos.

Cada día entiendo menos sus tareas de Química y Matemáticas, con frecuencia yo soy la que pregunta “¿por que?” y muy pronto tendré que pararme de puntitas para besarlos.

Hace años, cuando aún eran partículas de vida latiendo dentro de mí, cuando trataba de adivinar sus rostros y sus cuerpos empezaban a tomar forma en mis sueños, me preguntaba si sería capaz de responder a la oportunidad que se me ofrecía de que esas pequeñas vidas florecieran en mis manos.

Ahora quiero dejarles un mensaje:
Conscientes están de que nada material puedo heredarles. La verdadera riqueza quedará en sus mentes, en su corazón y en la perfecta maquinaria de sus cuerpos sanos. Agradezcan diariamente a Dios porque pueden ver, oír, amar y sentir. Y también porque pueden llorar y fracasar para empezar de nuevo. Agradezcan sobre todo que pueden pensar y actuar, lo que les dará horizontes amplios, brillantes y fecundos.

Fijen metas... Y alcáncelas y no olviden que tienen el deber de ser felices, porque solamente así podrán dar felicidad a quienes los rodeamos. La vida es el tesoro más preciado que poseen, por lo tanto, aprendan a disfrutarla, momento a momento.

Y algo muy importante, recuerden siempre que no es más feliz el que más tiene sino el que menos envidia.

Sepan ser siempre ustedes mismos, tanto en el elegante banquete como en la comida sencilla que el amigo ofrece. Aprendan a beber el vino o el agua con la misma alegría, sepan compartir con el rico o el humilde la misma sonrisa.

Regálense tiempo para ustedes, nunca pierdan su capacidad para admirar el brillo de las estrellas en una noche clara, para escuchar el murmullo del riachuelo y para sentir el viento fresco de la mañana sobre sus rostros.

Y cuando tengan momentos de duda y tristeza, busquen entre sus recuerdos, que ahí nos encontraremos.

Su Mamá