Desde este puntito del universo, quiero coincidir contigo...

Somos un "casi nada" en la inmensidad del universo y "un poquito mas que nada" en el ciber-espacio. Y si pese a eso, coincidimos... Que maravilla!!!

viernes, noviembre 11, 2005

¡No tengamos miedo del ayer!

Nuestros recuerdos se agolpan en la memoria queriendo salir a la conciencia.
¡
No tengamos miedo... Dejémoslos fluir!

Escuchemos aquellas palabras que tan lejanas pueden parecernos,
dejemos que todo nuestro ser se inunde del ayer.



Recordemos cada minuto... cada palabra... cada silencio.

Traigamos a nuestra memoria su nombre, su voz, la ternura de su mirada que sólo fue tuya, sus actos y actitudes, el apretón de sus manos, su abrazo, su sonrisa y hasta su llanto que tantas veces fue hermoso. Hay en cada emoción esa lágrima a punto de quemarnos el alma, no permitamos que el corazón se quede a mitad de camino sin haberse curado...
¡Dejémosla brotar!


Y cuando estemos en el silencio de nuestros recuerdos, aspiremos profundamente.

Toma
todo el aire que quieras, aspira todo ese recuerdo y rescata lo mejor: Las emociones, los consejos, las palabras que ahora son tan sublimes como ese bonito apodo que te hace esbozar una sonrisa; después incorporemos nuevamente a nuestro ser interno toda esa energía de aquel ayer y al exhalar dejemos que toda tristeza por los tiempos pasados, realmente se vaya, exhalemos toda energía negativa que haya quedado en nuestro interior y dejemos marchar esos recuerdos que no nos hacen bien.

Respiremos lenta, suave y profundamente...

Nos aferramos tanto a los recuerdos que llega un momento en que nos cuesta continuar y entender lo nuevo de cada día, pues estamos aún inmersos en los acontecimientos del ayer y esos recuerdos nos laceran el alma día a día.

YA NO ESTÁN ENTRE NOSOTROS...
A
prendamos a vivir sólo con los bellos recuerdos y una esperanza.

Cuesta tanto superar un mal momento, duele muchísimo acordarse de esas personitas que amamos tanto y ya no están; pero si limpiamos nuestro interior de excesivas cargas emocionales, veremos que habrá lugar para ampliar nuestro horizonte espiritual, nos daremos cuenta que ellos q ya no están en la tierra, pero aun nos sonríen desde el espíritu, desde esa otra dimensión donde ahora se encuentran. ¡No nos aferremos a ellos!

Amemos cada instante vivido a su lado y soltémoslo!!!
No le permitamos que nos dañe.


Para ello utilicemos la respiración conciente, extraigamos de nuestro interior los recuerdos que nos atan y desatémoslos suavemente al aire. Al exhalar imaginemos cada escena volando en el espacio a nuestro alrededor hasta que finalmente levante el vuelo y ya no nos pertenezca.

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